Versatilidad: es posible aplicar este revestimiento sobre suelos, paredes, escaleras, muebles, etc… Se comporta perfectamente tanto en paramentos verticales como horizontales, admite las curvas, esquinas y recovecos gracias a su aplicación artesanal. Un buen profesional dejará una película sobre el soporte de escasos milímetros y con la misma forma que tenía en origen.
Colores: aunque la mayoría de las empresas de microcemento cuentan con una carta limitada de colores, la verdad es que las posibilidades en este aspecto son casi infinitas. La mezcla de pigmentos permite crear diferentes gamas, que variarán en su acabado dependiendo de la destreza del aplicador con la llana y del tipo de barniz de acabado elegido. El microcemento también admite colores metalizados, purpurinas y demás, perfectos para detalles o zonas localizadas.
Continuidad: el microcemento no necesita juntas de dilatación, por lo que el aspecto final será completamente continuo.
Trabajabilidad: la pasta del microcemento es fácil de manipular y se aplica con herramientas de uso habitual, como la llana.
Originalidad: el trabajo del microcemento es una labor totalmente artesanal, donde el resultado final depende únicamente del manejo de las herramientas por parte del aplicador y es totalmente único. Este hecho permite crear obras únicas.
Adherencia: el microcemento se adhiere casi a cualquier superficie, sin necesidad de retirar el soporte para ser aplicado. Cemento, azulejos o mármol son superficies ideales para revestir con este material. Únicamente es necesario que el soporte se encuentre consolidado y en buenas condiciones de planimetría.
Instalación: la aplicación de microcemento no genera escombros, por lo que es una obra sencilla de duración corta, normalmente una semana. Además, no es necesario incluir maquinaria pesada durante la ejecución del trabajo. Su espesor, por debajo de los 3 milímetros, hace que no sea necesario lijar puertas tras el revestimiento.
Resistencia: el microcemento cuenta con alta resistencia a la abrasión, a la flexión y a la compresión, al igual que cuenta con alta resistencia química. También soporta bien los cambios de temperatura, es flexible y puede ser mojado.
Mantenimiento: la ausencia de juntas es una gran ventaja a la hora de la limpieza, pues la suciedad o la grasa no se acumula y con el sencillo paso de un paño humedecido con agua y jabón neutro la superficie se quedará limpia y no habrá restos de bacterias.
Acabado impermeable: los selladores y barnices que se utilizan tras la aplicación de microcemento hacen que una vez finalizado el trabajo el revestimiento sea impermeable. Así, puede colocarse en zonas húmedas, cuartos de baño, bañeras, duchas o lavamanos y no sufrirá daños.
Sostenibilidad: la mayoría de los fabricantes de microcemento se encuentran sensibilizados con el medio ambiente y fabrican sus productos con materiales de bajo impacto ambiental.